domingo, 4 de julio de 2010

No la conocía nada bien..., de Marta Antonia Sampedro

... Si todas las cosas son cosas
aunque no mueran sino pesen
sobre todo en las mudanzas del corazón
y los espacios vacíos sin su amor
eran espacios sin los cinco sentidos,

no la conocía nada bien,

pensaba que con diez historias
inventadas por internet
-soy rico y adiestro los pensamientos-
y más faltas que letras
ella se sentiría la maga de los relatos
hasta el final de su vida sola por dentro
aunque con él y sus tempestades,

ella era capaz de cortar en dos el mundo
por su amor atrevido y sus manos
que nadie apretó en los ojos como ella,

dejarlo todo y todo quería decir
todo lo que no la conocía,

su casa a medio hacer,
sus poemas sin escribir
y un amor esclavo que se fugó
un sábado a eso de las doce a.m.,

los olivos y los caminos
que la vieron correr entre matorrales,

los psiquiatras modernos
los poetas sensatos
los espantapájaros desnudos,

no la conocía nada bien
y fue audaz en sus pensamientos torcidos
y sus mañanas a lágrimas de ella triste,

por él olvidaría
hasta la hora del reloj digital
y las pancartas de ideologías,

no la conocía nada bien
cuando escuchaba
Te amo para siempre
y luego el siempre enfermó
sin vacunas y sin fármacos,

él pensaba que el amor
es un ir y venir entre pieles
y gentes que te dicen lo bueno que pareces,

de modo que no la conocía nada bien
porque ella le pedía
sus pétalos de expresión,

por él escucharía uno y otro día
la voz trémula de la pobreza
añorando poco su vida de ráfagas
y pasaría penas de cosas
pero cebolla y amor
es pan de poetas,

no la conocía nada bien,
y por pedirle una sola verdad
él no soportó que la vida tiene
una guía realidad
que se evade con puro amor,

y un día triste ciertamente
los dos dejaron de amarse
tal y como él anunciara sin voz
pero digamos que sólo uno
dejó de amarse como dijeron
los datos de los pesimistas
al no conocerla nada bien.

(2010)

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