viernes, 27 de marzo de 2009

Culpa por amar, de Marta Antonia Sampedro

Y qué, si te amo.
Por qué rencor, si te quiero.

Si libre nací para darme,
un corazón sin razones me late.

Todo estrella quien ama.
Todo lo comprende el amado.

Aunque lo demás explote
yo no lo veo.
Ni me importa.

Sólo tus palabras y tus besos me culpan.
Por ser dichosa entre tanta desgracia.

De la obra de la autora, “La estrella atada y otras soledades”.

jueves, 19 de marzo de 2009

La luna duerme, de Marta Antonia Sampedro


La luna se acuesta temprano,
suavemente dormida
en el aire eterno.

Tiene los ojos cerrados,
labios mecidos
en cráteres fríos.

Su cuna tiene estrellas,
luceros en duermevela
susurran;
son silbidos sordos,
acariciando sueños
escapados al vacío:

Duerme, luna.
Oscuro parece anoche,
mañana siempre.

De la obra de la autora, "Recuerdos y otros inventos".

sábado, 14 de marzo de 2009

Ley Cero, de Marta Antonia Sampedro


En Singapur,
el número mágico
es el Cero.

La boca de los besos,
los nacimientos de afecto,
los proyectos de muerte
y las lunas llenas siempre
entre nubes como vientres...

Los valores de vida
en círculo pasean
a pleno corazón redondo,
y el lenguaje está dominado
por la letra O,
vocal que impida combinar
Odio,
Orgasmo,
Otoño,
Obligación...

Todo es Cero,
y en Cero se piensa
en todos los destinos
desde el presente.

Los que habitan en el Cero
aceptan esta autoridad.

Meditan sus vidas
ante una calculadora,
y se sienten tan libres
que no necesitan valorar
el precio de su libertad,
porque éste
siempre es = 0.

Del libro de la autora, "Días en Singapur".

martes, 10 de marzo de 2009

Como alguien cercano, de Marta Antonia Sampedro



Y preguntó el maestro
de qué queréis morir,
unos dijeron yo quiero morir
como murió mi abuelo,
diciendo que estaba malo
en vez de enfermo,

otras eligieron yo quiero morir
como murió mi hermana,
murió de amor muy dulce
y ni prometido tenía
que se sepa.

Uno a uno morir querían
como alguien cercano muriese.

Y al llegar al más pobre
éste dijo
yo quiero morir de hambre.

No digas eso,
vaya niño,
discúlpate ante la clase,
no sabes ni qué dices.

Y el niño contestaba
Bueno, todos quieren eso,
que me muera de hambre
como mi padre,
que murió hambriento,
pues yo lo mismo.

De la obra de la autora, "Recuerdos y otros inventos".

sábado, 7 de marzo de 2009

Eres Mujer, de Marta Antonia Sampedro



Día Internacional de la Mujer, 8 de Marzo de 2009


Eres música, nota, eres tacto, voz.

Esencia Mujer, palabra, letra, libro, tierra, lluvia, nieve, sol.

Río, canto, misterio, pasión, risa o llanto, danza, ilusión, camino.

Luz y penumbra, valor, razón, valle, orquídea, secreto, espina.

Eres voz, ausencia, bandera, color, mirada, silencio.

Anhelo de Mujer, sudor, aroma, dolor, manantial, espejo.

Vida, alimento, calor, manuscrito, soneto, recuerdo.

Causa, origen, destino, herencia, perdón.

Eres huella, diamante, cima, calma, reflexión.

Tormenta, fuego, hierba, rocío, alborada.

Eres pulsera, tacón, volante, lágrimas, vuelo y verdad...

Y ante todo eres, Mujer,

la conquistadora de tu Libertad.


Marta Antonia Sampedro.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Los estorninos, de José Joaquín Sampedro Frutos


Aquel cuarto estaba prendido por las luces del pasado, que como estrellas muertas brillaban... o mejor, explotaban ahora mismo viajando en el espacio y en el tiempo.
Y sin embargo, aquella aparente oscuridad de la noche parecía de calma y sueño, embriagada de una antigua nostalgia simplemente... La de saberse de espaldas al destino hacia la muerte.
Todo lo pasado, todo lo vivido se mezclaba con la química amarga del desamor, en una escalera cuya cúspide era el llanto o el grito... o el silencio moribundo y abstraído de la nada.
Los recuerdos acudían a su cita exacta y desnudaban crudas realidades de mataderos.
Crecían como fantasmas los molinos de viento... y las ciudades parecían increíbles moles que trituraban un sucio trigo de humos y cementos...
Y un insoportable silencio... de raso cielo de invierno, formaba guiones tristes, de oestes lejanos y cuatreros, sin chica que le diga: “tendremos tantos hijos como vacas en el rancho”.
Y aquel final tan deseado y feliz que nunca llega... Y te empiezas a cuestionar, si acaso eres el bueno, o el rastrero.
Rosarios de desventuras pintaban de siluetas los techos... Y en el más álgido sentimiento, petaban burbujas rosas, de amores maltrechos y caídos y reventados... como los fuegos de San Juan.

De la novela de José Joaquín Sampedro Frutos,
“Los estorninos”.
Siempre en nuestro corazón, amado hermano...

Libertad y esencia, de Marta Antonia Sampedro

Cantaba el preso
y los libres envidiaban
su alegría.
Las rejas no las veía,
sólo la risa de sus adentros.
Los libres talan su cántico.
Y el preso sigue cantando...,
y los libres encarcelados.

De la obra de la autora, "Arma de pluma".