sábado, 11 de noviembre de 2023

Obrera llevando a fachas, de Marta Antonia Sampedro

 

Querida camarada:
A primera hora y repasando aún mis sueños pa sacarle su punta correspondiente, aparaguada yo muy bien con artículo coladero y con una lluvia muy bonica que en eso no hay queja de pobre que maldecir pueda que caiga pa bien mal excepto los olivareros funcionarios, con esa agüíca y charcos laguneros iba yo a primera hora como decía, con señora facha de Fuerza Nueva que a dios las gracias de nueva tiene poca porque apesta a revieja energía y con niña pediatra y seca como la rabia pero es por cosa de la salud no comer aunque reviente una de hambre pero la cosa está en ser elegante, iba por mi barrio y diciendo adiós al personal vecinal que me miraba con lástima por ir acompañada de populares y sin bandera comunista o republicana pa demostrar que lo laboral agobia hasta el extremo de pasear a tales personajes salidas del anti Nunca Mais, pues mi prestigio iba al garete cual Titanic porque alguien extraviado pensara que ahora me relaciono y además voluntariamente con semejantes restos arqueológicos que ni siquiera tienen perro para poder justificarme.
Las viviendas les han provocado ciertas náuseas psicológicas al ser el metro cuadrado baratuno aunque digno, comentaban solidarias con el populacho, y su altura aunque un primero la relacionaban más con el sistema capitalista que con la llegada al cielo merecidamente por otros a los que las viviendas le resultan y a primera vista todo un lujazo pues ya es de sobras sabido que el infierno está en las plantas bajas y el purgatorio pues encima.
Así que las he dejado y a dios las gracias como diría mi antiguo amigo luterano aunque lo dudo pues vive en sitio de abogados y trapicheantes encorbatados aunque sea camarero y desconozca cómo su vecindario lo verán a él, las he dejado junto a un charco con papeles de patatas Matutano empapaícas y he recorrido en nada cinco metros pa mantener urgentemente la distancia y desprenderme enseguida de esa cruz de llevar a mi lado a dos seres mentalmente jerárquicos que ni saben que soy obrera resufrida pero todo llegará a su tiempo como diría el eclesiastés y sin que sirva de precedente tomar semejantes citas o panfletos que quedan muy bonitos pero ignoran o pasan por alto el penar de una obrera.
Porque, lo que tiene que pasar un obrero, eso no tiene nombre ni palabra en la RAE.
 
Muchos besos habaneros y salud.

Tu camarada.

 

Marta Antonia Sampedro Frutos (2008).

De la obra "Cartas obreras".