He sido, durante 5 años, testigo directo de su sufrimiento. Abandonada por sus hijos y en completa soledad, no había día en que no llorase, especialmente de impotencia, sin comprender por qué sus hijos la castigaban de ese modo, aislada de sus vidas.
Y así tan libres del reloj solar precisado, el cronómetro obrero se llevó el tiempo vivo presente, sólo quedó futuro, tan imperfecto que nos tranquilizó... y una pared blanca justo en frente de los bancos reflejó el resultado del sueño y seguí mi camino con las nubes por las calles. "Agenda de las nubes". Marta Antonia Sampedro Frutos.
jueves, 27 de abril de 2023
Sólo sabes coser, de Marta Antonia Sampedro
domingo, 23 de abril de 2023
Plan B de poetas, de Marta Antonia Sampedro
Todos los poetas tenemos un plan be
que jamás diríamos ni bajo tortura
ni al terapeuta experto que nos trata
a los de mucha confianza que nos ven cosas raras
menos aún al devoto que va de listo y juzga
el plan be se acerca al fuego
igual que un hierro acostumbrado al tórrido sol
y cuando llega a quemarse conoce el destino
alguna vez fuimos madera resignados a la quema
luego forjados en la continua tormenta
sin tiempo ni a despejar ideas y resolverlas
un ir y venir de culpas propias y ajenas
las comemos y bebemos incluso en ayunas
y las digerimos en los sueños y nos despiertan
el plan be se va construyendo muy a solas
finalmente es la esperada respuesta
a la que sin prisas te dejan
ellos pacientes esperan la presa
si claudicas en arrepentirte de ser poeta
se te abre un mundo de salidas pero necias
la alternativa C de caer cayó calló mágica gramática
y se piensa en aquello de morir en pie
o con las rodillas de llagas llenas
el plan be incluye pedir perdón por ser poeta
mujer que nació con la manía de escribir
y se ha de perdonar a los ladrones de sentimientos
que nos dejaron el alma medio muerta
es difícil que alguien detecte el plan be de los poetas
no se le confiesa a juez ni al vecino del tercero
y así una sigue estando libre de toda sospecha
aunque algunos saben de qué hablamos los poetas
y a quiénes señalamos y nos callamos y nos callan
ellos saben que nos dejaron al filo de las cumbres
y mientras veíamos el paisaje nos empujaron al aire
como si al ser poeta naciésemos con alas verdaderas
un poeta es humano y también militante de la evidencia
resistir a vivir en este paraje de letras y de miserias
pero nunca nos dejan vivir ni amor nos entregan
por si acaso nos acostumbramos a que nos quieran
y así pacientemente en una cocción lenta
los poetas vamos haciéndonos la idea
del plan B que nos espera.
Marta Antonia Sampedro Frutos (2023).
sábado, 15 de abril de 2023
Dos escritoras en la ciudad hundida, de Marta Antonia Sampedro
Una va
entendiendo con la vida que hay personas que prefieren una madre que les deje
de legado la receta de la tortilla de patatas a una buena novela.
Pero
es que esas personas nunca han comprendido ni comprenderán que ser una madre
que tenga la vocación de escribir no es lo mismo que una madre que no la tenga.
Te
hacen sentir culpable.
Culpable.
Y por supuesto la condena está más que preparada.
Que no
se me olvide dejarlo por escrito: las madres escritoras, también sabemos guisar
tortilla de patatas. Pero no basamos nuestra vida en decirlo, ni en hacerlo.
Desde niñas tenemos otras inquietudes: nuestra vocación literaria. Nuestra
inquietud intelectual.
Las
mujeres, también, tenemos vocaciones, y no solamente servimos para hacer de
mártires. Ese apartado, de lamentos y de machismos, ya lo tenemos más que
superado.
Ayer, dos escritoras se encontraron por la calle de la ciudad hundida. Conversaron. De lo difícil que es ser escritora. Porque se nos juzga como mujer, como obrera, como madre, como escritora, como todo: todas las culpas se nos echan encima. Finalmente, concluimos: que les den morcillas a tod@s. Nosotras, a seguir con nuestra vocación. Le pese a quien le pese. Y a continuar.
Marta Antonia Sampedro Frutos (2023)