domingo, 8 de mayo de 2022

La ciudad y el ruiseñor, de Marta Antonia Sampedro

 No quedan cielos para ver

estos nuevos son vecinos

las nubes balcones

alas de aves toldos azules

y la luna farolas de blanco irreal

hoy llueve eso parece por las aceras

y los paraguas de la gente

el viento enmudece

chocando contra el ruido humano

los faros de los coches simulan estrellas

aunque hubo ayer una tregua

aún la noche amparaba

sin localizar el lucero de la mañana

porque en el pino más alto

donde viven los gatos abandonados

regresó un misterio de los cielos de antaño

que se guardan en el fondo de las raíces

de otros cielos que nos tocaron

y palpitó la expectativa natural

que espabila a poetas y los zarandea

desparramando todos los abecedarios confusos

el cielo existía aún y también la luna llena

aún proseguía la vida con sus hojas nuevas

tierra huracanes y galaxias entre las hierbas

para repartir la lluvia de ríos y los mares

todo apareció repentinamente

levantándonos de los malos sueños

porque cantaba un ruiseñor.

 

© Marta Antonia Sampedro Frutos (2022)