No quedan cielos para ver
estos nuevos son
vecinos
las nubes balcones
alas de aves toldos azules
y la luna farolas de
blanco irreal
hoy llueve eso parece
por las aceras
y los paraguas de la
gente
el viento enmudece
chocando contra el
ruido humano
los faros de los
coches simulan estrellas
aunque hubo ayer una
tregua
aún la noche amparaba
sin localizar el
lucero de la mañana
porque en el pino más
alto
donde viven los gatos
abandonados
regresó un misterio de
los cielos de antaño
que se guardan en el
fondo de las raíces
de otros cielos que
nos tocaron
y palpitó la
expectativa natural
que espabila a poetas
y los zarandea
desparramando todos
los abecedarios confusos
el cielo existía aún y
también la luna llena
aún proseguía la vida con
sus hojas nuevas
tierra huracanes y
galaxias entre las hierbas
para repartir la lluvia
de ríos y los mares
todo apareció repentinamente
levantándonos de los
malos sueños
porque cantaba un
ruiseñor.
© Marta Antonia
Sampedro Frutos (2022)
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