Primer Premio del Certamen de Poesía “Doña Luz”, 2004.
Excmo. Ayuntamiento de Doña Mencía (Córdoba).
Cuando de nuevo muera,
no enterradme en la tierra.
Recoged mi cansado cuerpo,
mis pensamientos viejos
y lanzadme, despacio,
a las aguas de acequias,
mares o riachuelos.
Quiero morir pausadamente,
burbuja límpida de recuerdos;
a buceo de onda dormida
encontrar otra orilla,
quedarme tranquilamente,
ser vigía de mi espectro.
Faro cubierto,
o callada campana de iglesia,
barcaza hundida
y borrado nombre,
sin puerto.
Sirena ser ante la muerte,
de aguas quiero mi velo.
Alimento de nadie,
deshacerme en algas,
un sudario de verde intenso
y corrientes
que a libertad naveguen
hacia fuentes,
pantanos, glaciales,
lluvias de nieblas...
Muerte solamente.
El agua me abrirá
sus brazos de misterio;
sentiré que al fin vivo
mi muerte,
y me adormece un sentimiento
de regreso a un lecho
inundado de materia simple
y cieno,
sangre, turbio sudor
y besos.
Regresar al agua quiero;
beberme,
a sorbo de silencio,
aquellos suspiros nuevos
que no bauticen ideas,
documentos yertos,
papeles quemados
por sílabas de vientos.
No enterradme en la tierra.
Suplico,
a mis pobres herederos,
en las aguas ser
sirena muerta,
liberada de anclas y arados
que me apresen en tierra.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2004)