domingo, 9 de febrero de 2025

Campo de refugio, de Marta Antonia Sampedro

 

Cuando te dicen Te quiero

y lanzan tu corazón a un pozo

una se refugia en recursos naturales

por ejemplo escribir

por ejemplo soñar

por ejemplo sobrevivir

-o imaginar que son planetas

las luces del bloque de enfrente-

los ejemplos son diversos y desordenados

las actividades del campo de refugio

donde se acumulan las tristezas

que nos hundieron y nos formaron

nos saludan ahogadas con su mano tierna

aprendimos a ser adictos a la pena

ya sin desgracias no se sabe vivir

ni acudir a un cementerio

porque en todas las tumbas nos vemos

-y los vemos-

o cambiar de tema todo es desconsuelo

que nadie cree porque sonreímos al llorar

ni se entiende que la alegría en la tristeza

es un gran aviso de agotamiento

porque no es enfermedad estar hundida

es navegar muy a pesar nuestro

rechazar toda isla y barco hundido

sonreír es querer construir otro modo

que parece no llegar -pero insistimos en la bienvenida-

la obstinación de los abatidos

es una heroicidad que nadie acepta

un afligido medicado en ayunas almuerzo y cena

hasta que lo eche abajo lo que sea

pero si bailas una canción envolvente cálida

si ríes o te pintas los labios no estás triste

es una ficción tipo cuento

pero los fondos de una misma

están en su campo de refugio

y salen cuando necesita darse un paseo

y simular que vive en el mundo esperado

las peleas por el dinero y las envidias

las peleas por los dominios y los rencores

las peleas por los celos las peleas por someter

hacer un papel fingido es importante en el mundo

y luego salir apedreado de vuelta herido

y regresar al campo de refugio

a permanecer en ese lugar tan seguro.


(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2024).

 

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