sábado, 4 de abril de 2020

Morir solo sobre la acera, de Marta Antonia Sampedro


Ayer murió en las calles, tan lejos de su hogar. Había escuchado mil veces en diarios de fuera que su patria era la peor patria del mundo. Y atravesó la frontera un día. Era raro que no pidieran visado, Qué país tan hermano, la misma lengua tenemos. Con sus valores de escuela, formado para el socialismo, haría fortuna trabajando. Con los escasos ahorros compró un coche-casa. Y comenzó a trabajar de todos los oficios que cualquier hombre sano y fuerte soporte con ganas.
Anoche murió en las calles. Con su mascarilla para prevenir cuanto no pudo evitar, el aire ya no cabía en su pecho. Le rodearon muchos policías y ninguno se acercaba, pusieron cintas de No pasar, Stop. Las farolas a su lado fue la única compañía sentado en el suelo sin poder respirar. Llegó la ambulancia. Pero al ver su aspecto de pobre siguió sonando la alarma, pero sin él, Atrás, atrás. Gritaban auxilio ajeno las gentes desde sus ventanas. Él quedó sobre la acera, cerró los ojos y murió ayer. Quién sabe si pensando que Venezuela, su patria, jamás lo habría dejado morir en el asfalto por no tener dinero, y su familia tampoco. Tan lejos ir a morir.
Morir solo sobre la acera.

© Marta Antonia Sampedro Frutos.
4 de Abril de 2020.

No hay comentarios: