viernes, 2 de abril de 2010

Abril de 2004 o lluvia en tus ojos, de Marta Antonia Sampedro

Un día cuando todo haya pasado
incluso lo que no ocurrió
y quedó como el cristal manchado
que llueva como hasta ahora
aunque sean cenizas y placeres,

un día que nadie sepa calcular
cuánto vale la libertad o el límite
donde los ojos miden la necesidad
ni atar las nubes que persiguen al tren
por todas las llanuras de girasoles
y olivares caer a las sombras verdes,

un día que ya no estés presente
hasta en el cristal de mis lentes
y en la tierra oscura de los inviernos
más callados y amaneceres,

un día que desaparezca el horizonte
lo que no se necesita y sobra
ni alguien te diga que no sientes
y amarme fue un error inconsciente,

un día que esté lejos el recuerdo
y se limpie de pasado blando
el dolor del amor y el suspiro por verte,

un día que tal vez camine hacia el trabajo
mirando cómo la vida es monotonía
en cierto modo asumida a plazos
y ese a pesar de todo quiera regresarte
tan cansado y triste como entonces,

un día no muy acertado seguramente
como viene siendo costumbre
cuando menos lo espere
y cuanto menos lo cuentes
entre los rebaños de la conciencia,

un día simple y tan sencillamente
verás llover y alzarás tu mirada
y la fortuna me sonreirá
porque ese día seré en tus ojos
la gota que cae y sentirás que lloras,

entonces ese día sabré a ciencia cierta
que la vida por mucho que nos pese
la vida ese día será ligera y además posible.

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