"Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre". Miguel Hernández.
Nos aburríamos, señoría,usted no sabe bien
qué malo es ser joven,
el nervio que entra,
y las calles de Barcelona
ya las conocemos de sobra,
bah, qué aburrimiento,
qué hay sino gente,
gente normal y corriente
que lleva cartera, coche,
que saben quiénes son,
y allí estaba ella,
qué puede hacer alguien
durmiendo en un cajero de banco
sino mancillar la ciudad,
reírse del progreso,
así que el Josep
el Rafael y yo pensamos
joder, tío,
qué aburrimiento de noche,
y eso está ahí
tranquilamente durmiendo,
usted no sabe señoría,
vaya muermo,
y nos fuimos a por disolvente,
nada, un poco, no está prohibido,
y el Rafa usó su tarjera joven
para abrir,
y le dimos un baño a ésa,
que parecía un animal
echada en el rincón,
como los animales aburridos
del zoo,
eso sí que debería estar prohibido,
y no el divertirse cuando uno es joven,
aunque no pensamos llegar
tan lejos,
se nos fue la mano
en regarla tanto,
lo supimos al darle fuego al cuerpo,
vaya candela hicimos,
una pasada,
cómo se revolvía el bulto,
adrenalina a tope,
se le acabó el frío
y a nosotros el aburrimiento,
¿está mal querer divertirse?,
somos buenos estudiantes
que tienen moto y todo
porque aprobamos los cursos,
y luego tardó en morir dos días,
qué dura la tía,
pero nosotros ya buscábamos
otra diversión, es malo repetir,
señoría,
deja de tener gracia la cosa,
si sólo fue
para pasar el rato...
De la obra de la autora, "Arma de pluma".
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