jueves, 14 de enero de 2010

Siendo lo que dejó la noche, de Marta Antonia Sampedro

Si hiciera caso a la vida de los sueños
ahora mismo no estaría pensando en ellos
porque mis vidas serían las vidas
de muchos otros menos la mía,

creo en los sueños
donde ya sólo viven las formas
o digamos recuerdos
de los que ya no pueden soñar
consigo mismos
y necesitan tranquilamente con su gesto quieto
darnos la mano y las palabras
que son nuestras sin saberlo,

vivir no es sencillo entre sueños
donde andamos reímos lloramos
siendo lo que dejó la noche
con sus antecedentes y sus cobijos,

soñar sin embargo es intercambiar sueños
como si fuesen cromos teñidos
en una colección inacabable
donde la muerte completa un devenir dudoso
según indican teorías del miedo,

un día somos la jaula donde un ave agoniza
soñando que su prisión es sueño
y otro día o quizás al momento
somos el ave que sola emigra
entre nubes y cielos,

en realidad no sabemos de qué se forma un sueño
y expuestos al desorden nos da otras vidas
y también otros conceptos,

pero si hiciera caso a la vida de los sueños
ahora mismo durante el día
me aferraría a una gran oportunidad
de un soñar imposible
a pesar de mi poca fe en ellos.

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