Vive en tus días hijo
cumplimiento de ti mismo
y cuatro temas importantes
lo demás es todo un restar
el tiempo es una espiga
delicada y persistente
que hace de tu persona
cuánta tierra miras y atmósfera
no te espante nada
ni el color de la tormenta
o el páramo de una calma
porque hay veces algunas veces
que los ojos brillan
de misterios y alegrías
pero otras son la magnitud
de la entrega a la voz del miedo
a pesar de lo palpable
o tal vez por ello
finalmente tenemos la vida
con sus planos de recuerdos
y los parámetros irrealizables
que nos hacen cuanto pensamos
es decir cuanto sientes
nunca te dejes vencer
por los índices de otros
tintados de inquina
atiende a tu corazón y sus latidos
con sus prólogos y contradicciones
porque vivir no es más historia
que una sábana en la cuna
que a solas nos indica los epílogos
y entre un eclipse de encinas
nos despierta cualquier luna
con doctorado en geometrías
y sin la edad percibida
a la espera de un consuelo
tendrás que revivir las veces
necesarias
tu supervivencia imaginativa
y los sonidos de tu risa de niño
y cuántos llantos evitó el amor
porque ninguna mano es igual a otra
y sin embargo unidas o alejadas
los pulsos laten juntos
nunca iguales bien es cierto
no olvides que la lucha de vivir
es la propiedad de las razones
no te importen los motivos
o sus arrogancias miles
siempre con hambre de adeptos
para reclutar jerarquías
y tantos sometimientos
y sé de hoja y sé de harina
un pulso para la lucha
y otro latido para amar
son dos tiempos compatibles
que nos forman de futuro
a pesar de tus ocupaciones
las maquinarias del mundo
serán prioridades ínfimas
no vaciles nunca
pero ten tus excepciones
por ejemplo dejar que la duda
tenga cabida en los segundos
y sonríe siempre aunque llores
ríe siempre y procura
para que tu pulso esté contigo.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos. (8 de julio de 2012).
De la obra de la autora "Estancia de hojas".
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