Me gusta encontrar
abiertas
las puertas de los
vecinos
y oler las comidas que
me traen
los aromas a hogar de
la infancia
mi madre con sus
recetas tradicionales
mi padre con sus
especiales migas y pistos
esos momentos me
llevan a quitar una losa
retomar que no todo está perdido
echar fuera que la
tristeza
no sé en qué momento
exacto
me pilló con las manos
en la masa
desprevenida
insolvente de alegría
desde las almenas más
altas cayeron
una por una hasta las
ganas de comer
pero comía
las de andar
pero andaba
de trabajar pero lo
hacía
de escribir pero
escribía
y de amar y ya no amaba
ni queriendo
es cerrar los ojos y
me olvido
porque olvidar es un
don divino
ciertamente momentáneo
pero suficiente
recordar tampoco es
eterno
a no ser que algunas
veces
los olores te regresen
te dejen y giren
y te vuelvan a decir sigues
viva este segundo.
© Marta Antonia
Sampedro Frutos (2023).
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