"Hace algunos años, de un modo que, en principio, me tomé de humor (pues entonces no vi la intencionalidad real de mala hostia que eso significaba), un familiar muy religioso él y teólogo evangélico, me puso de mote "La resistencia". Me pareció tremendo que a una mujer trabajadora, feminista e independiente como yo lo soy mereciera ese mote o cualquier otro ofensivo. Pero claro yo estaba desubicada en mi, valga la redundancia, ubicación, debido a algunas circunstancias.
"Los primeros Feliz Cumpleaños que recibí el pasado día 25 de julio, fueron los de los marginales de mi barrio. Se ponen bajo los árboles, sentados en los bancos, a conversar de sus cosas. Son risueños y melancólicos. Llevan a sus perros adoptados; todos tienen su historia feliz y también sus temores por el futuro inmediato. Los invité a una cerveza fresquita, de la tienda de al lado. Luego vino mi vecina, a decirme, otra vez, que una madre no debe jamás dejarse maltratar por sus hijos, pues su hijo murió hace poco, y que el recuerdo que tiene de él es la paliza que le había dado días antes de morir. Me volvió a enseñar la brecha en la cabeza que su hijo le dejó de recuerdo, del golpe. Yo le dije que tranquila. No voy a pasarme la vida amargada por el capricho de nadie. Sea quien sea, se trate de quien se trate. Ya ese tiempo pasó, pasó hace mucho tiempo.
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