domingo, 3 de mayo de 2020

La magia de los disparates acumulados, de Marta Antonia Sampedro

"INFANCIA"

Cuando el hoy se queda sin los tiempos acostumbrados
puede viajar hacia lugares preferidos acumulados
me visita el tiempo de la Piedra Escurridera
en Baños de la Encina el único pueblo almacenado
de niña contando nubes las viejas las nuevas
y siempre encontraba de mi peso y talla
a veces se llevaban la luna qué mareo tan rápidas
la infancia y la naturaleza es el mayor disparate
en el pantano azul bucear junto a culebras
y atravesarlo hasta tocar las pizarras mojadas
el sol moviéndose en las aguas su tizne de felicidad
sellándome en la piel la vida de Sierra Morena
disparate acumulado causa de mis sueños más amados
correr por las calles empedradas con los perros
Corbeta Boby Calcetines y el gato Felipe señorial
y merendar con familiares en cualquier casa
pan chocolate una taza de leche de cabra
y al caer la noche en los brazos de mi abuela Antonia
ese disparate acude ahora de nuevo y lo quiero
la voz de sus recuerdos los consejos y espantar miedos
las bestias amarradas en la ventana y saltarlas
y viajar allende las tierras sin moverme de la fachada
enfadando al animal que me mostraba sus patas
ese disparate también se acumula en mis sílabas
una lata y a pescar renacuajos a las charcas
para soltarlos y que regresaran al verde agua
esas cabezas gordas y sus colas delgadas
se acumulan esos disparates fundamentales
los castigos por ser andorrera mi madre a mi espera
y jamás le di un descanso de mi desobediencia
lloraba un rato luego molesta resignada qué disparate
mañana volveré sola al pantano primero a los pinos
los piñones con piedras igual que aceitunas
cuidado son los nidos de orugas eso que ciega
ese disparate es peligroso dicen los viejos
las manchas negras sobre los cerros
toros bravos que de la orilla no pasan
y las blancas son ovejas no hacen nada
el cerro Navamorquín me indica los días
según el sol enfría o calienta mi cara
el horario natural marca mis horas
aparecen repentinos los aviones caza
y luego el estruendo espanta la calma
para darle propiedad al silencio único amo
los disparates no terminan se acumulan
en el cortijo de mis tíos me persigue el gallo
ambos sabemos la especie de cada uno
soy obediente con mis tíos y ayudo con el gallinero
todos los animales tienen nombre y sus casas
es un disparate que la lumbre nos ilumine los ojos
es tanta la calma que sólo me fijo en eso
los disparates auténticos de equipaje los llevo
en la escuela por ejemplo inquieta espero
las monjas redacción libre niñas comencemos
nunca he salido del pueblo pues invento
sin que parecieran disparates nota un ocho
y sin embargo aquellos eran los más auténticos
y no olvido el disparate del cine de verano
las flores nocturnas la fuente para el refresco
y no comprendo más guión que el cielo
luego la sesión continuaba en la casa
mi padre con las mantas todos a dormir al raso
los aviones se mueven rojos las estrellas blancas
los cuentos más hermosos dormir así cobijada
todo lo envuelve el firmamento y la naturaleza
cómo será de grande que cabe todo el pueblo
los tomillos disparates las amapolas tan efímeras
el regreso de las golondrinas por febrero
y en los vientos del Santo Cristo con los vencejos
poder ser testigo del disparate del misterio
en la Encantada del Pilarillo entre los eucaliptos
pero sin provocar apariciones de espectros
que se asomen los fantasmas pero sólo un poco
y salir corriendo inventando el gran susto
es verdad que viven los muertos cuánto miedo
y ver mochuelos sigilosos en la tarde y los búhos quietos
disparates acumulados que nos formaron uno a uno
aparecer en mi casa con una serpiente muerta
y mis padres alertados esta niña es un error del cielo
la sorpresa de estar en la calle sin pensar en nada
y de pronto ver a Juaniche nuestro grajo en tu hombro
y los niños admirados y tan orgullosa luciéndolo
la magia de los disparates acumulados
ahora me resultan más vivos y regreso
pues en definitiva cuánta fortaleza me dieron.


(C) Marta Antonia Sampedro Frutos.
Mayo de 2020.

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