martes, 24 de marzo de 2020

La voz miserable, de Marta Antonia Sampedro


         Cada español llevamos un juez dentro. Tocó juzgar a los dueños de mascotas y ahora toca juzgar a los ancianos. Que si pasean. Los ancianos, esos que tienen la suerte de no ser depositados en asilos y aún se resisten en sus hogares sorteando sobre todo el olvido y la soledad. Que si pasean estos días. Pasean. Yo los veo desde mi ventana, algunos pasean. Solos. Muy ancianos. Una anciana lleva las dos piernas vendadas y camina con mucha dificultad con su bastón. Los jueces frustrados acechan, hay que llamar urgentemente a las fuerzas de orden público. Ancianos caminando. Son unos inconscientes. Esos, que superaron una guerra civil y una posguerra y cientos de enfermedades, algunas muy graves, son unos inconscientes. Que trabajaron duramente por sobrevivir y mantener a sus hijos y a sus abuelos con la dignidad humilde. Son unos inconscientes. Que los obligaban a rezar amenazados con palizas, o no tuvieron más que la fe para comer y sanar. Son unos inconscientes. Yo los veo desde mi ventana, pasear. Tal vez sea el último paseo que den. Pero también puede ser que sea lo último que mis ojos vean.


© Marta Antonia Sampedro Frutos.

24 de Marzo de 2020.

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