domingo, 20 de noviembre de 2016

Ama Noviembre, de Marta Antonia Sampedro


Me despierta su presencia
quiere entregarme la señal

 lleva su blusa de amanecer
 y sobre la colcha va dejando
 los núcleos de sus lágrimas

  miramos juntas la noche
-que aún somos-
 no viene a decir nada
 solamente que está

–yo la huelo-  y la busco
–la miro- y está quieta

me entrega el cofre de sus ojos
 los ojos que ya no son
 en ellos está la simiente
 las huellas de pies en la arena
 y las palabras que escuché
 mientras las nubes se rompían
 en franjas de la tarde al oeste
 donde yo caía estando en pie

 ella me abre el camino a una casa
 donde ya no hay nadie que sueñe

los pétalos van cayendo al fuego

 la estancia es ausencia
 un desierto sin cometas

 me despierta su presencia

salgo a ver el cielo de noviembre
alguna forma de las nubes
una sábana que pare el firmamento

 hace un tiempo de respuestas
 un frío de noche inmóvil

 confundo los aviones con estrellas
 las farolas con las almas

 quiero acariciar la niebla
 que desde arriba oculta la estación

 antiguas risas dulces y blancas
 suben y bajan de las nubes
 aligeran Linares de dolor

el aire no tiene agua
pero en mi rostro ha llovido

No llores hija no llores

sonrío porque vivo
me puede el miedo a vivir
y sonrío
me espanta morir
y sonrío
 no quiero perder la noche
 de este noviembre en presencia
 y sonrío

porque es la señal
 amar de vivir.


© Marta Antonia Sampedro Frutos
 (Noviembre de 2016) 

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