lunes, 1 de octubre de 2012

En la tierra que nos avala, de Marta Antonia Sampedro


Será verdad que esta luna
que septiembre acecha
sobre los campos vivos
serenos de tormentas
es un recuerdo sostenido
el conjuro de las piedras
que moldean sus hileras
será verdad que la noche
mientras más estrellas luce
detiene en los deseos
los ejes que vendrán
es posible que sepamos
desde antes de nacer
incluso habiendo muerto
que la materia de manos
es hálito entre las sendas
migajas en la mirada
que envidian las palabras
o la desolación humana
en la oquedad de hormigas
que los pies pertenecen
a la inmensidad de las raíces
en la tierra que nos avala
de todas las ramas vividas
y en todos los paisajes
que formaron nuestros ojos
y el iris color de arena
somos sin descanso y pausa
vástagos de nosotros
quién sabe si esta luna
de tan huérfana es redonda
y alguna vez al dormir
-cuando somos no visibles-
del espacio se libera. 
   

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