miércoles, 25 de julio de 2012

En todas las aguas hay flores que no duermen, de Marta Antonia Sampedro



El viento llega cálido
del sur que nos acoge
llegan al mismo tiempo
en su vuelo de silencio
murciélagos y golondrinas
y en la rapidez oscura
aligeran con sus granos
todas las hormigas
no saben que el amor
quedó guardado en alacenas
en los bálsamos de la vida
y les basta saber que existen
para olvidar tanta herida
llega en los sueños estivales
de la joven de sus entrañas
llega en el paladar de las piedras
y en el rosal que trepa
inventando sus hojas y espinas
saben que en todas las aguas
hay flores que no duermen
y vienen una a una las estaciones
segadas por sueros de tierra
o en las siembras recogidas
llega el milagro dormir a la luz
de un tiempo de ventana
donde la noche forma aromas
del hombre que recuerda
riendo o que llora y se aleja
pero al cerrar de ojos
nos acaricia la cara que sueña
llegan en el aire los años
el tiempo que fuimos
cigarra en la sombra
paloma de guerra
jilguero taciturno
de todo el tiempo que llega
en este sur que nos acoge
gritar nos da la muerte
llega el día y trae la noche
y la luna la mañana
por milagro entiendo
que no podamos evitar
que en toda ternura
haya resistido un ensueño.


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