A
la orilla del pantano
mis
sueños se formaron
en
Baños de la Encina mi pueblo
tuve
ninguna visita era mi paz
salvo
de lechuzas blancas
golondrinas
y vencejos
-sus
cuerpos reflejados en las nubes doradas-
los
caminos del agua son sendas
luces
palpitantes por cada lado
mientras
el sol bebe muy despacio
y
para las estrellas fugaces sedientas
una
pista de aterrizaje es el pantano
los
peces brincan sobre las dulces aguas
estar
en el espacio de mi origen
donde
el misterio de Sierra Morena envuelve
el
alma confiada regresa
limpia
de recuerdos vanos olvidos y vivencias
al
refugio entre los cerros de las tormentas
es
un hechizo la despedida de la tarde
las
pizarras se trasladan
por
orillas y madreselvas
y
tranquilamente los sueños
no
se extrañan de las emociones
y
aprovechan para relacionarse
con
los viejos conocidos de su paisaje.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2024).
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