domingo, 5 de marzo de 2023

Borrador de un golpe de alas, de Marta Antonia Sampedro


Al torcer las piedras

salió de la nada el ave.

Malherida y silenciosa

tocó mi cara y me quitó los ojos.

Sin ellos qué soy

mujer en los filos

de los barrancos.

Algunas aves tienen

el peligro de herir

y no es su culpa

eso dicen

pero hieren

y no saben ni herir y ciegan

procuran no tocar

las manos que no sirven

los pies que no sirven

los oídos que no sirven

la boca que no sirve.

Están entre las piedras

surgen de repente

el brillo de los ojos los atrae

porque también a ellas las cegaron

no soportan las miradas

saber que otros ojos ven

y a veces se oyen los lamentos

de los nuevos ciegos

deambulan con sus corazones

precipitándose en sí mismos.

 © Marta Antonia Sampedro Frutos (2017)

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