martes, 20 de noviembre de 2012

Plano en partes, de Marta Antonia Sampedro


Era un día normal
de trabajo y de quehaceres
la maldición se iba cumpliendo
hay personas que saben maldecir
digamos que sólo maldecir los ocupa
por ejemplo con esta
maldijo que ella amara
maldijo que amase la vida
maldijo que él la amara
en concreto que se amaran
y maldijo todos los cielos
donde alguna nube cuadrada
en la calle de estudiantes
les hiciera mirarse los ojos
mejor dicho sus ojos
o el aroma de una tarde
porque las tardes también huelen
especialmente los viernes
y en el amor hasta se forman
a cualquier hora imprevista
y los anhelos mueren sin otoños
porque no hay cielo propio
ni en el peor de los capitalismos
y así de brisa mala
el odio llenó los vacíos
de todas las presencias
adictas a las maldiciones
y quemó todos los cigarrillos
de las lumbres de cien esperas
y sin sospechar del tiempo
el tiempo reaparece
ella trabajaba como siempre
y pensaba eternamente
en las tildes de las aloesveras
él pensaba en su tristeza vieja
porque hay personas
que viven el dolor con rutina
repasando inmensos gritos
y así entre los dos amantes
se precipitó el oxígeno
de todas las capas de la tierra
-Hola-
un instante volaba justamente
porque los instantes también vuelan
si los miras de frente al girarte
en realidad son horas que no cuentan
y no hay nada mejor
para la serenidad del dolor
que comprobar que las maldiciones
escasean de fuerza
cuando las personas se aman
aunque no coman sino piedras
y beban lagunas de lágrimas
porque llorar se torna pan de noche
y no hay modo de renunciarlas
porque el alma no está hambrienta
sin darse cuenta ella estaba
dentro del segundo
en su forma de estrella sin documento
ausente de la maldición
en su principio de aire
envuelta de un común lenguaje
-Hola-
con la otra estrella sin documento
vagando en su destino
que ningún cielo atrapa
y la calle fue un territorio
desmantelado y desordenado
donde los amantes se aman
exclusivamente por saberlo
de un plano en partes
que sólo el amor comprende
y en el instante de aquel día
la tierra queda tan pequeña
no cabe ni una idea.

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