sábado, 2 de abril de 2011

Seguirá el tiempo volando en nuestras manos, de Marta Antonia Sampedro

Mientras los membrillos son flor
y el granado caminos de hormigas,
mientras las encinas alcanzan ya
la primera luz del amanecer de abril
y las lilas catherine maternas
no se distinguen de las gardenias,
mientras todo va naciendo
y tu abrazo cae por las sábanas
antes del reloj con cifras rojas
y recuerdo que hace días
mirando la acera de la tarde
apareció tu rostro entre mi rostro
y no en los bloques diarios
de un caminar fatigoso en letras,
ahora vienes en abril
y tu abrazo cae por las sábanas
como antes de la desgracia
de bajarnos en las promesas,
 mientras llegará de nuevo
otro verano que no viviremos
sino alejados de los sueños,
y los pantanos duermen
los gritos de los muertos
que desde entonces somos
a pesar de abril
yo escucho tu llanto
y te digo no estás solo,
mientras tú compruebas
que vivo en la galaxia ajena
a tu quehacer en malaventura
seguirá el tiempo
volando en nuestras manos
y nos cuidamos de no vernos
para que no toque tu rubio pelo
y tú no escondas en viejos libros
los poemas que te escribo
y regrese la duda y el miedo,
mientras hoy llueve
y mañana quema el día
abril me trae tu abrazo
que es mi lecho verdadero,
y así en ayunas de tus besos
y exiliado de mis versos
quizás habrá otra vida
donde rectificar recuerdos
y nada haya cambiado
ni en las aceras de los rostros
o en las veredas de los campos,
mientras no haya salida
recibes mi abrazo
cayendo por las sábanas
y aunque no lo afirmes
no estás solo nunca
ni cuando lloras solo.

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