domingo, 13 de diciembre de 2009

La ciutat dels sants, de José Joaquín Sampedro Frutos



Fin de siglo revienta
le clava su lanza el tiempo
la carcoma nos salpica
con ciudades cementerios.
Allí claman los poetas
como el viento del desierto
y por grises avenidas
entre hierro y frio acero
sobre la ciudad dormida
marcha el fúnebre cortejo...


La sombra de la sotana
del poeta Verdaguer
se extiende por la Plana
cuando cae el atardecer.


Callejones sin mendigos
callejuelas sin borrachos
sólo en las esquinas lucen
las estatuas de los santos.

Venid los que no tengáis
el alma cercenada.
Vuestros sueños, congelados
que por fin despierten.

Venid…

Una luz se intuye
tras este largo ocaso.
Venid que las sombras huyen
como ladrones por los campos.

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