martes, 12 de agosto de 2025

En cualquier lugar de agosto, de Marta Antonia Sampedro

 

Una lógica es que estando

en la fiesta del pueblo

observando el campanario,

las gentes conocidas de siempre

mientras la orquesta desafina o acierta

el alcalde comunista se sienta en la piedra,

 

muchos recuerden cómo eras de niña

y te pregunten cuántos hermanos

emigrantes aún quedan,

el castillo Bury al-Hamma de testigo

llevando mil años pareciéndolo

a pesar de ignorarlo por costumbre

de pertenecer a sus fortalezas,

 

una lógica es que mirando

los destellos de los jazmines

que te vienen sin buscarlos a olerte

las casas caídas bajo la luna llena

y las nuevas sobre la memoria callejera,

te veas reflejada en las niñas que corretean

con sus vestidos amplios planchados

y sus sandalias de verano relucientes,

 

trasieguen las nubes de la noche

acariciando las hojas de olivares

y el cielo sea un espejo del pantano

mientras recuerdas a seres que viven

aun sabiendo que ya son cruz

en el cementerio más lejano y triste,

 

una lógica es que escuchando

las letras de los diálogos festivos

se agolpe todo cuanto fuimos

en todas las partes donde nos sentimos

medio muertos y medio vivos,

 

entre todo esto es lógico que conduciendo el auto

a la luz del campo dormido

cuando aparezca una lechuza

volando ante el cristal

cruzando la campiña sus alas de lino

las luces de emergencia se enciendan

para apartar del camino a un ave

deslumbrada quieta asustada

y más allá una estrella fugaz te resucite

otros agostos

y concretes el pensamiento más urgente,

 

lo lógico es que pidas

el deseo más grande que tienes guardado

y escondes,

 

-sólo las estrellas no preguntan motivos-

 

y así una piensa ahí va el desafío

con este no creo que puedas,

 

Tener la suerte de que mis ojos no mueran

antes de volver a verte aparecer

en cualquier lugar de agosto,

 

y la estrella responda

No es posible de sobras lo sabes

pide otro antes de que muera,

 

lo lógico es que al día siguiente

cuando vuelve la noche

y abundan las pedigüeñas estelares

con luna o sin luna con aves o sin ellas

recorriendo pensamientos y nubes deshechas,

una siga en el mismo tono

aburriendo estrellas que nunca amaron.

 

 

(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2008). 

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