jueves, 1 de mayo de 2025

Vivir de milagro, de Marta Antonia Sampedro

  "El mejor guerrero no es el que triunfa siempre,

sino el que vuelve sin miedo a la batalla".

Dolores Ibárruri.

Un error marcó

la historia de la Humanidad.

Dos milagros se cruzaron

en la balanza del mundo:

el pan y el vino.

 

El pan de cada día,

quedó en blando y duro.

El duro para los pobres,

que ablandan con sudor,

y para los ricos el tierno,

que riegan de lágrimas duras

cuando baja Wall Street.

 

El vino de cada día,

lo beben dulce los ricos,

haciendo un brindis de Bohemia

en grandes celebraciones;

el agrio es para los pobres,

que tragan con alegría

la uva sombría,

en bodas y pocas ocasiones.

 

A merced del capitalismo transgénico,

resistente a las plagas de protestas,

los milagros cruzados llenan arcas

de gobiernos ricos y potentes.

 

Y nos dicen que el vino agrio

dulce se ha tornado,

y el pan duro recién horneado.

 

Pero los ricos, ricos son engordados,

y más pobres los pobres embriagados.

 

Mientras los ricos rezan

para que la luz no estropee su vino,

el pobre reza

a la espera del milagro

de la leche,

para remojar en ella su mendrugo.

 

De los peces, no se supo.



(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2007).

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