sábado, 15 de diciembre de 2018

Del amor común, de Marta Antonia Sampedro


Me habían dicho sin mucho empeño

que el amor común era una materia

agua que el sediento bebe en sueños

pan que mastica desvelado el hambriento

el amor por supuesto era aquel misterio
de pantallas canciones y paseos nocturnos

pero también vivía en otros espacios

en la onda de piedra sorprendiendo al pantano
o el aire que regala sonido a la sierra

y así imaginando formé la idea
el amor es una puerta o un portazo

el amor es una ventana o un ventanal
el amor es un libro anónimo sospechoso

nada de cuanto pensé me sirvió de mucho

cuando tuve vida de amor en mis pasos
y me mordieron mejor dicho me arrancaron
ni me pensaron por no sentirse humanos
las noches que me desvelaron sus miedos
las inventó el amor ese malvado
ni en todas las calles que anduve a salvaje salario
quedaron en mi no existencia es extraño

resumiendo la vida nunca me había pasado

y el amor común dejaba de ser misterio
era una enfermedad nada contagiosa

a pesar de todo escribí de amor por si acaso

tomé de las cucharas todas mis lágrimas

el amor tendría cuerpo y se enfadaba
o perdiera mis señas de los buzones de su tiempo

y un día mientras contase nubes me atizara

sigo diciendo el amor formó mis pasos
no en sentido figurado sino el amor
en persona fugaz de estrella digamos
y me envolvió en los atardeceres y los campos
de mi más imprecisa infancia con perros y grajos
en las calles empedradas y niños cantando
en las fábricas heladas con obreros sindicados
en los libros de letra chica de gente que amó
a besos a pedradas a infiernos ellos amaron
y en los malos sueños el amor un bálsamo
venía el amor a zancadas a decir algo 
y pedirme todos mis más antiguos datos
o pintarrajearme las arrugas de los labios
y al rendirme a sus evidencias
a punto estuvo de arrestarme en sus calabozos
y llevarme lejos de mis pesares y daños
robarme toda memoria de las sonrisas adicionales
que magnifican todo engaño
y borrar hasta mis morales y éticas

me costó no mucho afrontarlo

por el qué dirán por a quién le importará

tener amor a cada paso

fue deshelarse el corazón por los desiertos
más iluminados y densos.

Con cuánto amor recuerdo esos fracasos.



(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2018)

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