viernes, 7 de enero de 2011

Las ovejas cobardes, de Marta Antonia Sampedro

Los mejores cuentos, son los de verdad.
A toda la infancia, por el Día de los Magos.



Todos los días de lluvia o de sol
veo sobre la hierba y rastrojos
a Antonio con sus ovejas cobardes
que define así porque no saben estar solas,

sin perro pastor ni prisas ni reloj
que las ordene y persiga,
Antonio y sus cobardes ovejas
pasean por el campo tan blancas y negras
junto a palomos y olivos
llenando la panza de verdes delicias,

y en el silencio del campo
se distingue el lenguaje del hombre
que mi perra cree propio y entiende
no sé si también por cobarde,

todos los días con abrigo o sin él
Antonio va con sus ovejas cobardes
que miran despacio y hablan
lo que pocos saben comprender,

nos observan y cambian el paso
cuando Antonio mueve un pie
y miran a donde mire él
porque bien dice son cobardes
y más de una da un traspiés,

si se quita el sombrero
o habla con algún caminante,
ellas quedan muy quietas
y quieren enterarse también,

luego miro de lejos a Antonio
y a sus ovejas cobardes
que si entran al corral antes
luego salen a buscar a ver
si el hombre duerme y despertarle...,
y así todos los días una y otra vez
.

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