viernes, 15 de octubre de 2010

La estrella de cada noche, de Marta Antonia Sampedro

En la noche como siempre
la estrella aparece en su letargo
sobre la luna o bajo el charco
de los callados barrios
y en la cola del caballo atado
donde el aire duerme en sigilo,
el otoño cruje en las nubes
soportando el tenso futuro
los caminos se apresuran
se esconden en las huertas
las minas abandonadas
el sudor del bárbaro olvido
de los hombres que agonizan
en los recuerdos de las sangres
y las toses ácidas del desespero,
nada se oculta a la estrella
de la noche como siempre,
pasan los perros abandonados
que todos conocen solos y sin nombre,
las hormigas lentas sacan dientes
a la tierra malherida de avaricias,
y todo como siempre
es la estrella de las noches,
quien dirige al obrero a su guarida
al rico a su codicia y cuentas
a los santos a las cuevas
y a los demonios a la pesca,
seguramente la vida deberá ser
aquello que nos recuerde
en lo más alto en lo más hondo
de lo que somos al ver la estrella mudos
sin pasados y los dedos sin días,
el presente nos late rápido
en los pechos dolidos y las mentes perplejas,
los sentimientos quedan como siempre solos
al lugar donde por derecho pertenecen,
nadie nos ama tanto como el propio corazón
golpeando a la razón hacia la estrella,
la noche como siempre es nuestra
sorteando caminos de obras
y a lo lejos queda sin lugar
la perversión humana de los tiempos
donde el malo se cree bueno
y la bondad se valora en céntimos,
ojalá en las noches se escuche
el suspiro de la estrella como siempre
el sueño nos abrume de posibilidades
y la realidad que nos confunde
nos transforme en valientes.

(2010)

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