Cuando la ciudad calle vendré de noche,
entre las luces tristes de la navidad perenne
veré que todo es presente y pasado la crueldad,
vendrán a un adiós translúcido y ligero,
y un segundo que recuerde un nombre
que olvidé y recordé sin treguas,
y corona de lamentos agarran mi sombra
-si estoy, camino, vivo o muero, soy-,
los rastros de dolor y miseria lenta
oscureciendo colores de circo y música,
y una mirada perdida y hallada
envolverá esquinas y zaguanes,
el marchitar de tu flor clorada
en las calles y en los vasos de los ebrios,
o qué dirá la sílaba envuelta del engaño,
qué hicimos en la monotonía veloz,
dónde anduvimos o qué esperamos
amando muriendo penando naciendo,
que vendré de noche, a escuchar tu silencio.
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