lunes, 26 de julio de 2010

Y el mar que no está, de Marta Antonia Sampedro

Buscaré el mar que no está
el núcleo del recuerdo desbordado
subiré al monte quemado
por los truenos de las desidias
miraré en las cenizas los brotes
caminaré por las palabras borradas
desfiguradas sus inútiles sílabas
pensaré que todo se perdió
para encontrar lo buscado
volaré en el trajín de los gorriones
y beber en sus vuelos de rayos
traeré el ayer a tus manos
y los ecos que nos derribaron
escucharé sirenas de mayos
para pintar los barcos varados
tomaré mi parte de la vida
para desordenarla en tus brazos,

pero si un día no te encuentro
ni en las espumas de los amaneceres
ni en las noches de los presentes,

aprenderé a vivir sin ti una vida de roca
y el mar que no está en los ojos
volverá para salar mis labios.
(2010)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El mar el unico testigo que vera;Como el gorrion culmino su trajin,o como las cenizas dieron vida a brotes de amistad y las lluvias virgenes volvieron al monte quemado;Todo aquello eran libros a medio escribir pero ya es hora de terminar de escribir dichos libros aquellos; lo dice un cuervo que aprendio volar en la oscuridad. señora marta estupendo poema pa leerlo uno y otra ves. cuidese..

CUENTANUBES dijo...

A veces la oscuridad nos sirve para ver nuestros espejos interiores, e incluso los cuervos conocen que la luz puede cegar, pero ésta nos permite ver mejor los caminos despejados que la oscuridad oculta.
Gracias por su comentario.
Saludos.