Nada acabará con mi risa
formó la palabra en la mañana
con nubes blancas en nieblas
nadie reforzará mi alma
con dolor ni arenas pisadas
navega profunda y libremente
en la saliva de mi boca blanda
que es fuente de antigua lágrima
y verán mis enemigos
a los que ignoro sin querer
y me saludan amablemente
esperando a que mi risa caiga
que es imposible matar su llama
nada agitará las noches eternas
por muchos sueños turbios
que acudan a despertarme
fijando la hora roja en mis ojos
ni valdrá oro ni chatarras
esta risa que me vuela
cuando ya creyéndola ida
se despereza tras las tormentas
celebrarán cuantos esperan
a que yo sea borrada huella
mas no hay peor destino
que vivir la vida ajena
envidiando lo que no se tenga
por muchas vueltas
que el viento embriagado beba
nadie puede descifrar sus velas
aseguro por lo tanto sin fe y con ella
ante la firmeza de vida de mis años
que mi risa es propiedad y misterio
pero ni siquiera es cosa mía
pues de tanto intentar
terminar con su vida
con su principio y final vive
sin tenerme en cuenta.
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