A veces la llamada es en sueños, -una se despierta no queriendoel presente que nos dirige abyecto-.
Nos alegra ver con la voluntad perdidaa los seres que realmente queremos.
Cuando eran niños y su voz de niños,
ancianos y su voz de ancianos,
y cuando se les fue voz y se la ponemos.
Otras en cambio tuercen la esquinacon sus figuras huyentesen un zas impreciso y etéreo,
la sombra se escurrey en los ojos ciegos aún la vemos,
... la figura,
... el instante de sus cuerpos,
del tiempo quedando al bordede los párpados y sus deseos.
Nos sentimos en la esperael tiempo de encontrarnos.
Y nadie sabe por qué regresancon nosotros a vivir lo que dejaron,
o es que nunca se ausentarony viven sus vidasen el mismo lugar
que en nosotros fueron.
que en nosotros fueron.
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