Soñé en sábado
que tenía dos pies
pero qué lejos quedaba mi casa
en los extrarradios de la memoria
soñé que dos perros buscaban
los restos de mis naufragios
donde sólo hay desiertos
y el agua es puro invento
que riega plantas y patios blancos
y que un perro me habló
Sabes quién soy
Por supuesto
y a eso de media ciudad
los edificios eran viejos
con tejados sin palomas
hasta mis pies no llegaba
ni la mínima acera
o acaso hay que alcanzarla
con los dedos fríos
el perro seguía conmigo
con cara de hermano
y sin comprender como siempre
qué cruces tiene la vida
el otro perro era hiena
con la boca de mendrugos
el alma obscurecida
y como todas las hienas
que sólo anuncian hambre
tenía cara de enemigo
ninguna perversión lo saciaba
y mordía las paredes de los besos
rebuscando escondrijos
que hicieran una cueva
para esconder sus pelajes
y encontró la muerte
que las hienas tienen
donde incluso muertos
tienen insaciables deseos
porque si lejos estaba mi casa
más cerca el destino
cada cual como a veces pasa
entra a su caudal de consecuencia
esperando más de lo que hizo
el perro hermano me formó
capa por capa acero
de buenos recuerdos
las aceras ya no eran necesarias
el tiempo extraño se marchaba
y yo entré en mi casa.
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