lunes, 14 de julio de 2025

Agenda de las nubes, de Marta Antonia Sampedro

 

Soy con ellas materia de bajo cielo

rastro activo de estas calles

que parecen destinarme en huellas

a sus piedras y mensajes

a veces por un imposible soñar

veo las mismas nubes

con sus balcones y sus ganchos

para los muebles viejos

las nubes que me siguen lentamente

e incluso diría me persiguen

y me esperan en los bancos

en batallón de ilusiones

abriendo su agenda de vientos

con sus palomas y sus amistades

deambulando por las aceras

con destino de personajes

voy bajo los días y las noches

con la suerte y sin la suerte

porque la materia de ser poeta

es un paso que se extiende

en un barco de amaneceres

incluso en Jaén tierra de olivares

y pozos con algas verdes

soy como diríamos

en obrero sentimiento

y con la sonrisa permanente

un verso muy andante

sin más caudales de pergaminos

que una ruleta de vocabularios

y este manojo de llaves

con referencias y colores

pertenezco al bajo cielo

sin que alguna vez caiga un rayo

que me recoja en el descanso

y me pasee libremente en los ocasos

en resumidas cuentas soy

la obrera de los pies hartos

que nunca mira atrás

excepto en pequeñas neblinas

por ejemplo ayer planifiqué

un sueño para las 2,15 a.m.

y al ser propio llegó antes

-todo se hereda, indiqué a las nubes-

soñé que tres muertos respiraban

y con urgencia rebusqué motivos

el teólogo de turno salvó las dudas,

Todos los muertos respiran eso es morir,

y se desvaneció tras la sentencia

aunque sin incienso ni azufre

y sentada con las nubes ateas

en los bancos del centro

calladas igual que colegas de los días

y la resistencia más honesta

pasearon tan blancas y lánguidas

un amor muerto

-en el techo-

un hermano vivo

-escribiendo-

un padre vivo

-besándome-

el mundo a veces no es exacto

en los sueños concertados

y los dioses ateos lo impidan

y así tan libres

del reloj solar precisado

el cronómetro obrero se llevó

el tiempo vivo presente

y sólo quedó futuro

tan imperfecto

que nos tranquilizó

y una pared blanca

justo en frente de los bancos

reflejó el resultado del sueño

y seguí mi camino

con las nubes por las calles.

 

(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2012).

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