Mis ojos son grandes
en aquella casa que era de llanto
a veces regreso a llorar
cuando quiero verlos
ya no son miel sino pálidos
en ellos veo aquella casa
y percibo su espacio plano
abro la puerta de hierro
la melancólica asoma al patio
y renace una lumbre
del carbón al árbol
saladas envolturas son los cantos
donde segura yo duermo
porque todos los seres que marcharon
deambulan por sus cuartos
en desvelo por mis ojos anchos
porque conocen en la ausencia
que aquella casa era de llanto.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2014).
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