De todas las vallas de los
caminos
y de todos los árboles quemados
al sol
de todos los senderos
por donde paseo tu sombra
en todas las ubicaciones de los
ecos
y en todas las carreteras
por donde una hormiga atraviesa
con gran esfuerzo arrastrando
media cáscara de pipa
derramo si es que me quedan
todos los poemas que no logro
escribir
la muerte súbita bajo las ruedas
es el destino de quien muere a la
espera
ni en el envolvente aroma del
galán de noche
donde la estrella se impregna de
verso
ni en la luz de las hortensias
que imita el morado de cielo
ni en el agua más limpia
me arranco tu recuerdo
se expanden las luces del verano
los fondos de los pantanos
azulean
en los horizontes de Jaén
yo parezco alegre porque canto
y no me caen ni las lágrimas
siento que te llevo
como a una luz que se me pega
eres el paisaje de mi cuerpo
y en las nostalgias soy zahorí
de las aguas que jamás me sacian
y me preguntan los olivos
si te amo pobre poeta
y la tierra profunda y reseca
me pregunta si te amo
y no puedo responder
aunque el agua me rebose
y los campos y todas las tierras
me preguntan si te amo
y no me importa el agua
me envuelve una locura
y una tristeza de silencios
en los nidos y en las piedras
y formo vocabularios
que no registran los libros
y distingo en las llanuras
los tiempos de los escombros
porque contigo formé afición
a las lagunas de los misterios
señalada por todos los dedos
marcada por el amor
soy un sello de paisajes
y el rojo de tus besos
soy testigo de lo que no queda
afanosa y desolada
recibo las caricias de los
carteles
que indican que hay mañana
y todas las prohibiciones
vuelvo a ser la sensata
que fui antes de amarte
y recojo tu sombra
y la guardo bajo llave
y digo que no te quiero
los campos se alejan
los olivos me dejan sola si te
niego
y entonces comprendo la vida
los destinos de los sellados
y sigo cruzando con media pipa
todos los caminos que me quedan.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos
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