Yo estuve allí contigo
en el almacén del mundo
donde la muerte arranca lo que
sobra
especialmente las mordazas.
La noche era mediodía
el aire desnudaba cadáveres
y tus ropas blancas
superaron nuestras muertes
donde yo seguía viva
y me amabas muerto
cuando en vida me alejabas.
Por qué te mantienes vestido
-el amor callado es algo tan vivo-.
Tu mano es una hoja
con forma de lágrima
que las montañas para sí quieren
con sed de lluvia de un siempre.
Pero tu amor es el sentido
de toda lucha contra morir
la caricia perenne de mis sueños
-moriré si tu amor muere-.
En el almacén del mundo
donde la muerte arranca lo que
sobra
especialmente las mordazas
te veía paseando con la muerte
tu desolada pena de vivo
y en mi muerte amaba
con mi corazón vacío de mundo
-mis ropas no sirven a la muerte
es tu amor que no me desnuda-.
No puedes morir si estás vestido
-siempre decíamos amar no se
sujeta
porque amar es una cometa
soltada de la mano.
La muerte no puede atraparla-.
En el almacén del mundo
donde la muerte arranca lo que
sobra
especialmente las mordazas
la cometa es una materia eterna
que impregna de vida
tus ropas para que no mueras.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos.
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