Comprendo la vida
donde no hay silencio buscado
sino un canto de arroyos
abriendo las bocas de la tierra,
sobre las uralitas de la vaquería
estorninos fríos vuelan
junto a las torcaces de papel de aire,
vienen los perros a espantar olores
los mastines poderosos cruzan
el camino de La Tortilla
y sus mantas de húmedos algodones,
y la vaca muerta abriendo
por última vez su vientre
no piensa en dios o el amo
quizás en las nubes de diciembre
es de vida su mayor sensatez palpable,
las hojas de las higueras engendran
ciempiés quietos color piedra
dormidos en bostezos de lluvia y niebla,
comprendo esta vida inesperada en cielos
donde no hay respuestas ni sentencias
sino las voces perpetuas de las ramas
y sus reflejos en las acequias,
ignoro el tiempo que otros cambiaron
a una realidad que contra mí inventaron
sin que me toque mal pensamiento o recuerdo,
y comprendo la vida de este modo
el abaniqueo del sol escondido
donde nadie existe ni siquiera yo,
pasan los días en las nubes eternas
que me mostraron esta claridad verde y campo
desde antes de recordar que pienso,
y respiro profundamente el viento
de este Jaén hermoso
que limpia de materia absurda
cuanto fui anduve o pensé
antes de comprender la vida
en tantos años un momento.
(2010)
2 comentarios:
Pase para leerte y me gusto, un saludo y Feliz Navidad
Muchas gracias, buen amigo Felipe.
También para ti, Feliz Navidad.
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