Estoy
recordando que una vez, siendo mis hijos adolescentes, llegó del instituto mi
hija, y me dijo muy contenta:
-Mamá,
el examen de Literatura de hoy estaba muy fácil. ¿A que no sabes lo que era?
Eran poemas incompletos y había que terminarlos y decir el autor. Lo he
entregado enseguida y todos mirándome, he terminado la primera, la profe
extrañada.
Desde
muy niños los encaminé a la lectura, pero claro no exclusivamente con poesía,
sino con diversidad de lecturas de todo género y según sus edades fuesen
avanzando. La música no, la música que les he puesto en casa ha sido la misma,
la música que he considerado de calidad cultural.
Le
dije, sorprendida: “Hija no creo que haya sido tan fácil el examen”.
-Fácil,
pero fácil -me insistió-. ¡Pero si todos los poemas eran de los que canta Paco
Ibáñez! Y mira, para algo me ha servido que nos machaques con él. Me he puesto
a recordar las canciones y cuando Paco Ibáñez dice por ejemplo, de Antonio
Machado… Y me salía el poema entero. O ese del pastorcillo que está triste,
pues de san Juan de la Cruz. Y así todos, mamá. ¡Ah, y el de andaluces de Jaén!
Pues de Miguel Hernández, de quién va a ser si no. Y uno de Gloria Fuertes,
pues lo mismo. Todos muy fáciles de completar, mamá. Saco de nota un diez,
seguro.
Esta
mañana tenía un mensaje suyo, de mi hija. Me escribió de madrugada:
“Envuelta
por el aire de la mañana en fiesta…”.
Adivina.
Adivino:
“Entre risas y música campanas y alegrías”…
José
Agustín Goytisolo.
En
el examen de ser madre nunca hay nota a obtener. Y menos aún de las madres que
nos ocupamos con insistencia no solamente de la educación, sino de la cultura
de nuestros hijos. Que sean personas con fundamento. Claro que en algunos años
suyos hemos sido las madres raras que apenas nadie tiene y reivindican con
rebeldía a esas madres que los dejen de historias pasadas de gente que, como
también dice Goytisolo, de gente que ya no vive. Goytisolo escribió el
magnífico poema a su hija, “Palabras para Julia”.
“Pero
tú siempre acuérdate
de
lo que un día yo escribí
pensando
en ti
como
ahora pienso”.
La
maravilla de los poemas incompletos es que nunca finalizan, porque van
renovándose y transmitiendo a l@s hij@s de un modo extraordinario, para seguir
existiendo.
Marta Antonia Sampedro Frutos. 28 de Agosto de 2021.
De la obra de la autora "Cuida tu letra, niña de nubes" (2025).
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