jueves, 20 de noviembre de 2014

Mujer atravesando un arco iris de niebla, de Marta Antonia Sampedro


Cuando no hay trigo
y el agua es de tormenta
en los espejos de los charcos
la corriente lleva las ideas
parémonos un momento
ante el perfil de las terrazas
donde la lluvia dejó ante ella
un arco iris de niebla
la ciudad es redonda en luz
pero agrisada y severa
ve pasar un hombre con paraguas
y no es él
y otro hombre descalzo
y no es él
y tampoco ese del sombrero
por qué lo verá en todas partes
es decir por qué cree que es él
ella quisiera disfrutar
de la luz sin color del arco iris
que tiene frente a ella
tal vez sea una trampa
que nadie sea él a quien ve
las neblinas se mueven
en remolinos delicados
qué querrán decir
si hablasen las nieblas
¿ecos sin lenguajes? ¿armas intangibles?
¿destinos engañosos? ¿someter al viento?
debe de nuevo leerse las manos
y ver su nombre en las hileras
un ave parece que duerme
dentro de la densidad de la niebla
ella aprendió a no fiarse de las apariencias
pero el ave es un pajarillo de la mañana
un pajarillo es valiente para el arco iris
¿por qué ella no lo es, si tiene digamos
mil veces más cuerpo?
respira adecuadamente
se siente un halcón en los aros
porque las gotas de las ventanas
a veces son los suspiros de volar
también los arco iris se pueden atravesar
tocando los cristales que los enmarcan
y ella se atreve a pensar que toca la niebla
y que sus dedos se forman de nuevo
porque ella un día y otros días
sabe que los arco iris atrapan los miedos
mientras una mujer quiere
-y consigue- caminar.